Cuando un hijo o una hija se va de casa, no solo se libera una habitación. Se libera tiempo, ruido, rutinas y, muchas veces, emociones para las que no estábamos del todo preparados. A este momento vital se le llama síndrome del nido vacío, aunque el nombre puede resultar engañoso: no se trata de unaSigue leyendo «El síndrome del nido vacío: cuando el silencio también pide ser ordenado.»