Una comparación cultural entre Suecia, Brasil y España.

Margareta Magnusson, autora del libro «El arte sueco de ordenar antes de morir», nos invita a reflexionar sobre una práctica profundamente enraizada en la cultura sueca: el döstädning, o «limpieza de muerte». Esta tradición consiste en dejar nuestras pertenencias organizadas antes de morir, evitando así que nuestros seres queridos tengan que gestionar nuestros objetos personales tras nuestro fallecimiento. Para entender mejor esta práctica y su contraste con otras culturas, exploraremos las diferencias culturales e históricas entre Suecia, Brasil y España.
Como brasileña de nacimiento y viviendo en España desde hace más de 20 años, puedo hablar desde mi vivencia, sentimientos y experiencia (viví lutos familiares en España y Brasil), como es «ordenar después de morir». En ambos paises, el reparto de las posesiones se hace a posteriori y es responsabilidad del familiar. Hablaremos de Suecia por su cultura y bajo el punto de vista de la autora. En su libro, nos cuenta su experiencia personal y como ella y su familia vivieron esa experiencia.
Suecia: Un enfoque pragmático y compasivo.
En Suecia, el döstädning (ordenar antes de morir) refleja valores como la simplicidad, la autonomía y la consideración por los demás. La cultura sueca, influenciada por el lagom (una filosofía de moderación y equilibrio), promueve una vida ordenada y sin excesos. Esta perspectiva se extiende hasta la muerte, donde la idea es no cargar a los seres queridos con la ardua tarea de gestionar nuestras pertenencias.
Históricamente, Suecia ha sido un país con una fuerte ética de trabajo y responsabilidad personal. La influencia del protestantismo también ha jugado un papel importante en fomentar una vida ordenada y planificada. Además, la gran calidad de vida y el robusto sistema de bienestar social permiten a los suecos centrarse en aspectos más personales y emocionales de sus vidas, incluida la preparación para la muerte.

Brasil: Familias grandes y la importancia de lo colectivo (comunidad).
Brasil, por otro lado, tiene una cultura profundamente arraigada en la colectividad y una familia amplia. En muchas comunidades brasileñas, la muerte se enfrenta como un asunto comunitario, donde el duelo y la gestión de pertenencias son responsabilidades compartidas.

Históricamente, Brasil ha sido una mezcla de culturas, con influencias indígenas, africanas y europeas. Esta mezcla ha dado lugar a una sociedad donde las relaciones familiares y comunitarias son muy importantes. En este contexto, las pertenencias personales a menudo se consideran parte del legado familiar, pasando de generación en generación.
La dificultad de implementar una práctica como el döstädning en Brasil radica en la fuerte interdependencia familiar y el valor cultural de mantener los objetos como recuerdos de los seres queridos. Aquí, las pertenencias no son solo cosas, sino símbolos de conexión y continuidad. Se trata de una obligación, una cuestión de respeto a la memoria familiar.
España: Tradiciones familiares, post guerra y apego material.
En España, la cultura también otorga gran importancia a la familia y las tradiciones. A diferencia de Suecia, donde predomina un enfoque más funcional y práctico, en España existe un mayor apego a las posesiones materiales y una tendencia a conservar objetos familiares como reliquias.

La historia de España, marcada por siglos de monarquía, religión y guerras, ha creado una sociedad que valora profundamente sus raíces y herencia. Las casas españolas a menudo están llenas de recuerdos y objetos que cuentan historias familiares. La transición de pertenencias tras la muerte de un familiar se ve como un acto de preservación del legado y la memoria.
Implementar una práctica como el döstädning en España puede ser complicado debido a este apego emocional a los objetos y la percepción de que deshacerse de ellos es un acto de desprendimiento de la historia familiar.
Beneficios de gestionar nuestras posesiones antes de «partirnos.«
Aunque las diferencias culturales son notables, gestionar nuestras posesiones antes de morir tiene beneficios universales:
- Alivio de la carga emocional para los seres queridos: Evita que nuestros familiares enfrenten la carga emocional y física de organizar nuestras pertenencias en un momento de duelo.
- Claridad y paz mental: Para nosotros, saber que nuestras pertenencias están organizadas puede brindarnos tranquilidad.
- Prevención de conflictos familiares: Al dejar claras nuestras intenciones respecto a nuestras posesiones, podemos evitar disputas entre familiares en el futuro.
- Sostenibilidad: Donar o deshacerse de objetos innecesarios puede beneficiar a otros y reducir el desperdicio.

Aunque las prácticas culturales cambien, la esencia del döstädning —preparar nuestras pertenencias antes de morir— es una idea que puede adaptarse y aportar valor en cualquier cultura. Reflexionar sobre nuestras pertenencias y gestionarlas con antelación es un acto de amor y consideración que beneficia tanto a nosotros mismos como a nuestros seres queridos.
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